Emprendimiento

El mundo en el que vivimos abre y cierra muchas puertas. Actividades o negocios que alguna vez pudieron ser buenos y rentables han dejado de serlo. Otras actividades, antes inexistentes, surgen y comienzan a ser provechosas. Podemos afirmar con absoluta certeza que la única constante de estos tiempos es el cambio. Amigo lector, vivimos en un mundo donde la dinámica del cambio puede afectarnos y hacer que la vida se nos ponga muy difícil. ¿Cómo podemos entonces protegernos para que el cambio no nos lleve por delante? Si busca respuesta a esta interrogante, entonces nuestros contenidos son para usted. Le invitamos a seguir visitando estos contenidos para acceder a las múltiples herramientas que estarán a su disposición y comenzar a ganar dinero aún en tiempos difíciles.

¿Qué ocurre hoy?

En la actualidad, abundan libros y materiales sobre un tema que ya comienza a ser trillado. Ese tema se llama, en mala traducción al idioma español, emprendimiento. El emprendimiento, o inicio de cualquier actividad económica, está de moda. Es fácil conseguir asesores para nuevos o futuros emprendedores, bancos para emprendedores, centros de emprendedores, actividad académica orientada a emprendedores y muchas otras instituciones para emprendedores.

Todas estas actividades e instituciones relacionadas con el tema del emprendimiento son reflejo de la realidad social contemporánea y responden al constante cambio que se produce en la sociedad, así como al desempleo originado por este cambio. Se trata de una respuesta dada por el mismo sistema, que de alguna forma ha instruido a muchísimas personas a ser dependientes y no “emprendedores”; las ha empobrecido o, al menos, las ha limitando. Una respuesta que, por una parte, busca resolver el problema de la abundancia de mano de obra desocupada y con grandes privaciones, o, por otra parte, tal vez beneficiarse de la misma.

Un ejemplo bien claro en este sentido es el de las universidades, donde se ha puesto de moda establecer centros de emprendedores. Una iniciativa, creemos, bastante tardía y absolutamente reactiva. Lo hacen cuando ya muchos de sus egresados, originalmente formados para ser empleados, no logran incorporarse o reinsertarse a un campo de trabajo en constate cambio. Y sobre todo, lo hacen manteniendo su filosofía académica, con la cual se forman empleados.

¿Por qué hacemos una afirmación tan lapidaria?

Es muy sencillo, pongamos como ejemplo la rutina del estudiante. Un alumno al comenzar su periodo académico recibe un horario, un calendario de exámenes, un contenido bibliográfico que debe cubrir durante el trimestre, semestre o año. Además, aparece un “jefe”, también conocido como docente o profesor, quien se ocupa de que este empleado, perdón, alumno cumpla con lo establecido en el programa. Esto, estimado lector o lectora, se parece muchísimo a un empleo, con la única diferencia de que el salario se cambia por la calificación académica, por la nota. Una persona egresada de una carrera universitaria se somete al menos a dieciséis años de esta rutina, convirtiéndose, en la gran mayoría de los casos, en un empleado. Quien quiera iniciar una actividad rentable no necesariamente debe o puede darse el lujo de tener un horario, un jefe, un programa, ni mucho menos un contenido bibliográfico. Pero sí está obligado a tener algunas características muy importantes que las instituciones establecidas usualmente no ofrecen. Algunas de esas características son: necesidad, creatividad, capacidad de esfuerzo, organización, liderazgo, visión y empatía.

Otro gravísimo defecto del ambiente académico es su preferencia por la formación y por los criterios rigurosos antes que por el valor agregado de las enseñanzas. Se hace que el estudiante memorice fechas, personajes, citas, procesos o teorías que carecen de aplicación alguna en el futuro desenvolvimiento del profesional, y se olvida darle al alumno elementos prácticos de gran relevancia para el ejercicio de su carrera. Además, los institutos universitarios altamente subvencionados por el estado terminan convirtiéndose en organismos autistas, con la vista volcada hacia políticas internas y con un personal docente dedicado muchas veces a publicaciones de trabajos de ascenso inútiles y preparados con la única intención de cumplir un requisito más.

¿Qué hacer para empezar?

Quien quiera comenzar una actividad rentable debe ser todo menos autista. Debe escuchar, observar y comprender su entorno, es decir, al mercado, y responder con ideas que aporten valor más que formalidad y rigurosidad. En las cátedras universitarias, lo formal y riguroso es la meta. En la vida, el conocimiento de estas teorías es, en el mejor de los casos, uno de los medios posibles para alcanzar las metas. Es claro que las instituciones académicas deben enseñarle al estudiante mucho más acerca del mundo real.

Otro hecho que deseamos destacar es que la gran mayoría de los verdaderos empresarios no ha surgido por préstamos blandos, subvenciones o medidas de protección indefinidas. Han surgido gracias a su competitividad y al valor que han logrado agregar a los bienes y servicios que ofrecen. Es notable la cantidad de instituciones de “fomento” a empresarios que han terminado con insostenibles carteras incobrables por querer “apoyar” a supuestos nuevos empresarios. Es también evidente la gran cantidad de empresas que ha surgido al amparo del proteccionismo y que luego termina por cerrar al desaparecer las medidas de protección. Independientemente de tomar una subvención o un préstamo blando (¡claro que hay que aprovecharlos!), si lo que usted realmente desea, apreciado lector o lectora, es ser un empresario, entonces debe velar por la creación de valor y por la competitividad de su actividad.

¿Qué ofrecemos?

Nuestros contenidos pretenden salirse de esta corriente principal, “institucional”, absolutamente reactiva y burocrática. Deseamos llevarle ideas al lector o lectora en forma clara, amena, sencilla y amigable, como si estuviésemos charlando con usted en un café, o en la sala de su casa. Queremos ofrecerle una serie de herramientas útiles que quizá se distancien de lo establecido o de la formalidad académica, pero que se adaptarán con muchísima más facilidad a su realidad, conocimientos y experiencia. No vamos a hacerle perder el tiempo citando complejas ideas de autores orientados a la academia; todavía mejor, vamos a aclarar o a “traducir” para usted las ideas de estos autores y ponerlas a su alcance.

También debemos aclarar que no pertenecemos al género de la autoayuda. Consideramos que desarrollar pensamientos y actitudes positivas es bueno pero no es suficiente. Es indispensable tener herramientas, modelos, buenas ideas y entendimiento del entorno.

Consideramos que la autoayuda, al concentrarse en el pensamiento positivo, no es buena aliada de quien realmente quiera salir adelante. Ser optimista, sin fundamentar el optimismo, puede llevar al individuo al autoengaño en el mejor de los casos, y en otros a estados que rozan con la locura.

¡VAYAMOS MÁS ALLÁ DE LA ACADEMIA Y MÁS ALLÁ DE LA AUTOAYUDA!

Muchas personas en la actualidad controlan su destino manejando sus propios negocios, siendo exitosos en empresas de multinivel o en franquicias. Otras manejan empresas contratistas, empresas de servicios, negocios al menor y empresas manufactureras. Hay también quien tiene mucho éxito utilizando Internet y los medios informáticos. Muchas de estas alternativas pueden ser para usted.

Nuestro principal propósito es proporcionar herramientas a aquellas personas que necesitan incrementar sus ingresos, sobre todo si éstos han mermado debido a la pérdida de un empleo, un salario bajo o a la simple necesidad de comenzar a obtener dinero.

¿Cómo lo haremos?

De forma sencilla, dándole una orientación simple de cómo organizarse, ayudándole a que se conozca a sí mismo, determinando o aprendiendo cuáles actividades podrían ser productivas, y dónde puede usted agregar valor. Ofreciéndole herramientas para que aprenda a generar ese valor. Una vez que Usted consiga idear su negocio, queremos brindarle métodos sencillos para analizar si es posible o rentable. Finalmente nuestro deseo es darle elementos para que sepa organizarse y logre así mantener su negocio en el tiempo.

Continuar